MORIR EN UN HOSPITAL PÚBLICO.

Alguna vez te has preguntado:

¿De que forma te gustaría morir?

¿Como te gustaría que fuera el ambiente donde sucedieran tus últimos momentos de vida?

¿Te gustaría poder despedirte de tus seres queridos, padres, hijos, hermanos?

¿Te gustaría estar en una cama cómoda, en un ambiente con personas amables, aromas y sonidos agradables?

Invariablemente entendemos que hay infinidad de variables que salen de nuestro control, y en una muerte súbita, por accidente o alguna otra causa, no hay factor de previsión.

Sin embargo en la muertes anunciadas, hay muchas iniciativas que SI PODEMOS realizar, pero que NO se están considerando, y de eso se trata esta reflexión y anécdotas.

Hace algún tiempo, un buen amigo me compartió que su hermano estaba enfermo de cáncer y en etapa terminal. Me transmitió la tristeza que sentía y cierto sentimiento de impotencia y frustración por no poder hacer algo mas por su hermano en ese momento tan difícil.

Yo le comenté, que dentro de las enseñanzas que había adquirido en los últimos años, pensaba que podía hacer algo por su hermano y su familia si ellos estaban de acuerdo. Su respuesta fue inmediata , y sin pensar ni preguntar de que se trataba me respondió “HAGAMOSLO”.

Le pregunté por la posibilidad de reunir a toda su familia en la habitación del hospital con su hermano, y me respondió que el pensaba que no había problema.

Coordinamos la actividad, y unos días después llegué a ver a su hermano en una habitación muy amplia de un hospital privado, con la sorpresa de que llegaron a la habitación como 20 familiares, y otro grupo adicional estaba conectado con una computadora en video conferencia desde otro país a través de Internet.

El seguro de gastos médicos le permitió a su hermano contar con una buena habitación en un hospital con muchas comodidades, y la tecnología nos permitió la presencia de los que estaban muy lejos.

Formamos un circulo, e inicie el proceso haciendo un discurso de bienvenida y reflexionando un poco sobre los motivos y las circunstancias de vida.

Posteriormente invité a cada uno de los participantes a dirigirse a su familiar enfermo, donde cada uno de ellos mencionara algún anécdota o recuerdo por el que quisieran AGRADECER a él.

Así pasaron uno a uno, compartiendo anécdotas de todo tipo, y produciendo diversas emociones entre los asistentes. Era notable ver que aunque el hermano de mi amigo estaba muy agotado y deteriorado de salud, su mirada se iluminaba cuando las palabras de cada uno, evocaban momentos felices y concluían con un GRACIAS.

Al terminar esa ronda, hablé también de los accidentes de la vida, donde por diversas circunstancias podíamos habernos ofendido y haber fallado, y que en momentos como esos podía ser muy liberador expresar aquellas palabras guardadas que expresaran los sentimientos de arrepentimiento, comunicar un “lo lamento” sincero cuando fuera necesario, y buscar RECONCILIAR, para RESTITUIR EL AMOR entre los presentes.

Así procedieron uno a uno, manifestando los temas pendientes y concluyendo con alguna palabra o frase que reconciliara los vínculos no solo con su familiar enfermo, sino también entre ellos.

Al finalizar este proceso expresamos juntos varias bendiciones, expresiones de gratitud y amor que espontáneamente comenzaron a manifestarse como abrazos que surgieron entre los participantes, incluso de algunos de ellos que se habían distanciado y que se manifestaron en un llanto colectivo de felicidad.

El Papá de mi amigo, un señor de edad avanzada, se acercó y con lágrimas en los ojos me dijo: “Joven no hay como agradecer lo que acaba de hacer por mi familia”, y me dio un gran abrazo que me conmovió profundamente. En ese momento experimente en el plexo una sensación de expansión y júbilo que he vivido en otras ocasiones y que en mi opinión es lo mas cercano que puedo asociar a la palabra AMOR, en ese momento hubo un instante de paz, armonía y belleza indescriptibles, a pesar que era un hecho triste y doloroso lo que nos tenía reunidos, su hermano falleció unas semanas después.

Pero tristemente millones de casos, no son así y en contraste con esa historia, he vivido muchos otros momentos de despedir a seres queridos, o familiares de conocidos, en ambientes completamente diferentes y me referiré en este escrito en particular a la experiencia que se vive en muchos hospitales públicos.

He vivido la experiencia de ver a un ser querido en fase terminal, en un pasillo de urgencias completamente solo, escuchando pasar al personal que eventualmente se acuerda de preguntarle si necesita algo, permitiéndole recibir visitas solo de 30-45 minutos de 2 a 3 veces al día, solo puede pasar un familiar a la vez y no pueden pasar los niños, una cama incomoda, un olor a hospital que deprime, sonidos y ruidos constantes de todos tipos alrededor, pasan muchísimas horas en agonía, viendo hacia el techo, y sin una mano que los pueda reconfortar, un abrazo o una caricia, donde incluso se les impide hacer llamadas por celular.

Millones de personas, pasan las últimas hora de su vida en un ambiente frío e impersonal, rodeados la mayor parte del día de desconocidos,   en ocasiones algún doctor o enfermera son gentiles, mostrando un gesto de atención y compasión, en muchas otras, hay una atención carente de empatía, compasión o afecto.

EL PACIENTE Y LOS FAMILIARES “PIERDEN SUS DERECHOS, LIBERTAD DE COMUNICACIÓN Y CONVIVENCIA”, y una institución SE APROPIA DE LOS ÚLTIMOS MOMENTOS DE VIDA DE TU SER QUERIDO.

Desde el reglamento del Hospital hasta una persona en recepción, que si tienes suerte, te tratará con un poco de dignidad, incluyendo un guardia de seguridad QUE PROHIBIRÁ TU DERECHO Y TU LIBERTAD de estar al lado de esa persona con la que conviviste TODA TU VIDA, que en ese momento se encuentra solo, que en muchos casos necesita la compañía de sus seres queridos, Y QUE SIMPLEMENTE LE ES NEGADA.

A veces todo sucede muy rápido, pero hay ocasiones en que el paciente y familiares pueden estar ahí por semanas o meses, en una sala de urgencias durante 24 horas, donde vemos las típicas sillas de recepción de urgencias, que apenas son aceptables para sentarse, pero que están diseñadas para que ni se te ocurra intentar dormir ahí, puesto que el diseño mismo te provocara incomodidad y dolor.

Sin embargo es común ver en esas salas, personas dormidas en el piso, sin una cobija y una almohada.

Pero si eso te parece malo, he visto cosas peores, hay hospitales que cierran por las noches las salas de espera de Urgencias, y DEJAN A LOS FAMILIARES EN LA CALLE, algunos dormidos en las banquetas, esperando a tener noticias de sus familiares, quienes en muchos casos se enteran horas después, o hasta día siguiente de que su familiar murió, donde muchos de sus seres queridos, no pudieron apoyarlo, y encima de todo tuvieron que vivir la humillación y la falta de humanidad de no ser dignamente tratados. Tanto el paciente, como los familiares.

Mencionando otro evento, en otra ocasión, me informaron que el Papá un familiar había fallecido en otra ciudad, pase por el y su esposa, llegamos aproximadamente 2 horas y media después de que había fallecido, lo buscamos en la zona de Urgencias del Hospital, encontramos a su Mamá en Shock, y cuando le preguntamos a ella donde estaba el cuerpo del señor, no supo responder, su esposo había muerto de camino al hospital en un Taxi.

Se acercó el Taxista y nos dijo que el cadáver, aún se encontraba en el Taxi en la rampa de Urgencias, llevaba mas de dos horas ahí en el asiento trasero, no salió nadie del hospital a cubrirlo, ni a darle acceso (dijeron que por Ley), nadie dio asistencia a la Señora, ni siquiera una silla para sentarse, o un calmante, es decir la institución de la que eran “derechohabientes”, no les brindó la mínima atención.

Tuvimos que esperar cerca de 3 horas mas (mas de 5 horas en total), hasta que llegó personal del forense, y en una maniobra totalmente carente de sensibilidad, y sentido común, sacaron el cuerpo del señor, a la vista de todos, y lo metieron en la parte de atrás de una camioneta sucia, sin cubrirlo, ni depositarlo en un lugar honroso, toda la experiencia ahora que la vuelvo a narrar, me causa una profunda indignación y desaprobación para todas esas personas que tienen asignada una función, pero que definitivamente, NO DEBEN ESTAR AHÍ, o debería ser capacitados para cumplir sus funciones.

En otra historia mas, cuando falleció otro familiar, fue también en una unidad de Urgencias de un hospital público.

El sufrió de forma súbita un derrame cerebral que lo dejó inconsciente, fue ingresado en Urgencias, donde fue conectado a aparatos para mantenerlo con vida, pero después de 4 días finalmente falleció.

Hicimos todo lo necesario por asistirlo de la mejor manera posible, hablamos con las autoridades y en lo que se pudo autorizar, dentro de las reglas, conseguimos acompañarlo, despedirlo, y asistirlo de una forma digna.

El proceso, fue CASI aceptable, y menciono casi, puesto que en sus últimos momentos de vida, su esposa y su hija estaban con el, cuidándolo.

De pronto se apareció una enfermera, lo revisó, y sin decir una palabra apagó los aparatos y empezó a desconectar todo.

Su hija completamente sorprendida pregunto ¿Ya se murió?, y la respuesta nefasta e insensible de esta enfermera fue:

¡USTEDES YA SABIAN QUE ESTO IBA A PASAR!, ¿NO?

Evidentemente que el personal no tiene la capacitación para enfrentar momentos así, y un instante que es de una trascendencia única, simplemente es destrozado por seres incompetentes e insensibles.

Y así hemos funcionado por años y años , y esto sigue ocurriendo a millones de personas.

Y lo mas irónico es que TODOS, en algún momento, vamos a estar ahí, y no hemos hecho nada por remediarlo.

¿EN QUE MOMENTO HEMOS PERMITIDO UNA SOCIEDAD ASÍ?

¿CÓMO PODEMOS LA SOCIEDAD DARLE LOS RECURSOS A INSTITUCIONES, PERSONAS Y GOBERNANTES QUE NO ATIENDEN LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE?

Pero este escrito no pretende ser solamente una queja social.

Es comprensible que por la naturaleza misma de un área de urgencias de un Hospital, deben existir ciertas reglas.

Pero también es cierto que con RECURSOS, CREATIVIDA E INGENIO, podemos la sociedad construir juntos, modelos que favorezcan el BIEN MORIR.

Retomando la reflexión del principio, entiendo que hay escenarios de muerte súbita, donde derivado de un accidente o circunstancia no prevista, no se puede hacer nada.

Pero en las muertes anunciadas podemos transformar los escenarios que ofrecieran a los SERES QUERIDOS y a NOSOTROS MISMOS, un escenario donde morir de forma digna.

Se me ocurren infinidad de ideas que pueden traducirse en un proyecto que la humanidad entera agradecerá:

  • Con la intervención de autoridades, peritos, en salud, seguridad, arquitectura, leyes, logística, tecnología, etc. construir nuevos procesos que ayuden a formular y construir unidades de MUERTE DIGNA, no solo como proyecto, también legislar estos asuntos para que sean incorporados de forma oficial en la sociedad.
  • Para la obtención de recursos, convocar a Gobierno, ONG´s, y sociedad en general que desee asistir estas causas.
  • Permitir a los enfermos en áreas de fase terminal, dispositivos de videoconferencia para poder tener conversaciones con sus seres queridos las 24 horas del día. Si su condición lo permite, si el paciente lo desea y Dr. Lo avala.
  • Construir diseños arquitectónicos de áreas de acceso para visitas, que permitan a las personas interactuar con sus familiares, sin que esto irrumpa en las operaciones de las zonas de urgencias, ni que afecte los reglamentos de seguridad y Salud.
  • Proporcionar unidades de audio para música , aromas florales, y diversas ideas que permitan reconfortar a la persona en sus últimos momentos.
  • Capacitar al personal que interactuar con enfermos y familiares a fin de dar trato digno y respetuoso en momentos de tanto sufrimiento.
  • Facilitar áreas y muebles de descanso sillones, cobertores, para familiares de los pacientes, que en innumerables casos terminan en quiebra financiera a causa de los gastos médicos.

Si esta idea te resuena, comparte esta reflexión con amigos y familiares, para que tomemos conciencia de este asunto.